In Memoriam, desde lo más profundo de mi corazón.
Creía estar preparada para despedirme de él.
Son tantas las vivencias, recuerdos, aprendizajes, vinculados a mi gran "Maestro de Vida" (mi padre adoptivo, me gustaba llamarle...) que, seguramente, pensaba, me saldrían las palabras a borbotones...
Hoy se nos ha ido al Cielo, el mejor lugar donde deben estar las personas que, como él, han sido tocadas por la mano de Dios.
Sabemos que desde allí velará por todos nosotros y nos dará fuerzas para seguir adelante con el Proyecto Pro Vida que gestó y desarrolló a lo largo de más de 40 años.
Innumerables niños, que estuvieron a punto de no nacer, mujeres desamparadas, con embarazos inesperados, a las que nadie tendía una mano en un momento tan crucial para ellas, familias desestructuradas, jóvenes universitarios y tantas personas diversas, se pudieron beneficiar de su magnífica labor...
Siempre con la sonrisa y el optimismo por bandera. Como suele decirse "inasequible al desaliento"...
No voy a hacer hincapié en su brillante currículum profesional que está más que documentado.
Yo quiero resaltar sus cualidades como ser humano.
Pocas personas he conocido que aunasen su gran valía profesional e intelectual con una sencillez y humildad increíbles, en un mundo en el que se da más valor al aparentar que al ser...
Hoy ha sido su último día en este mundo querido Dr. Miranda (Pepote para los amigos) pero la huella que ha dejado en cada una de las personas que hemos tenido la suerte de compartir vida y proyectos con usted, le va a convertir en inolvidable.
Descanse en Paz. La misma que siempre nos ha transmitido a la gran familia a la que me siento orgullosa de pertenecer: Andevi.
Sin lugar a dudas, el día que se cruzaron nuestros caminos, conseguí mi "premio".
Pilar Moreno, Coordinadora de Andevi.